Camino de reflexión

Por: Francisco Alejandro Mantilla

Aunque el camino se muestre culebrero y nos encontremos con obstáculos, no podemos detenernos, por el contrario, hay que enfrentarlos y pasar sobre ellos, sin importar si logramos nuestro objetivo o no, puesto que los límites los ponemos cada uno de nosotros, de alguna u otra forma: “El que persevera, alcanza”.

A pesar de que muchas veces se diga: “Amigo el ratón del queso”, hay personas que llegan a nuestra vida para sacarnos de apuros. En ese contexto: “Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres ir lejos, ve acompañado”. Los problemas en nuestro día a día son algo inherente a nosotros, por eso mismo, se toman con calma y no a la ligera, pues “del afán no queda sino el cansancio”. Incluso “Dios aprieta, pero no ahorca”. Al fin y al cabo: “La vida es casi igual a un viaje, si sabes a dónde vas, es más probable que llegues a tu destino”. Independientemente del medio o del trasporte, teniendo en cuenta que lo que viene es mucho mejor, comparado con lo que se fue o se pinchó. No obstante, hay momentos en los que estamos inspirados, llenos de alegría y un sinnúmero de emociones casi incontrolables, pero hay otros, en los que solo quisiéramos ir a dormir para olvidarnos de esa situación o de esa piedrita que nubló nuestro día, pero hay algo que debemos saber y es que cada uno tiene sus formas o métodos para poder pasar la página y darle un nuevo comienzo. Como dicen muchos de los abuelitos: “Pa´ delante, es pa´allá”